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Me parece interesante analizar, el impacto, que las nuevas tecnologías tienen en el ámbito del derecho laboral, y, más concretamente en el despido.

Ya se han introducido “casos puntuales”, de ceses vía mensaje de texto o email, gracias a los envíos certificados de los mismos.

Al consultar un correo electrónico o un sms, lo último  que uno espera es una carta de despido. Es una forma más de comunicarlo   , que en nuestro país aun no está muy extendida, pero que en Norteamérica ya se ha convertido en habitual.

Esta  idea, que podría ser considerada como una pesadilla, con tonos  de menos tragedia, ya está generando incluso negocio. La firma estadounidense Projections Entrepreneurs, le envió un anuncio a un profesor de Esade ofreciendo sus servicios para despedir por email al trabajador que el cliente escoja. En España, un autónomo no tenia modo alguno  de contactar con uno de sus trabajadores para entregarle la carta de despido, por lo que se lo comunico vía sms.

Lo cierto es que en principio esta forma, se puede considerar legal ya que el  Estatuto de los Trabajadores solo indica que el despido debe comunicarse por escrito e indicando la fecha de efectos y los hechos que sea imputan al trabajador. Según esto, con que la empresa se asegure  de que el afectado ha recibido el aviso, por lo cual, es responsabilidad de la empresa enviarlo al correo o al teléfono exacto y asegurarse de que el mismo ha llegado...

¿Como reaccionaria el trabajador?, se supone que en principio por inercia contestaría el email o el sus, pidiendo explicaciones, pero su respuesta puede suponer aceptar implícitamente alguno de los hechos que se le imputan. Según los expertos en recursos humanos el trabajador tendría un doble shock, y, una forma INHUMANA  del procedimiento. Considero que el trabajador se merece el respeto suficiente de recibir una noticia desagradable en persona con trato firme pero humanizado. Por lo tanto esto, en mi opinión, sería considerado una falta de ética ya que se le anula la posibilidad al trabajador de hacer preguntas sobre la causa de su despido y escucharle, pero además esto generaría una mala imagen de la empresa y un clima de desconfianza entre los trabajadores que se quedan.

Lo más importante para mí, es estudiar, las consecuencias de esta nueva forma de despedir a los trabajadores así como sus efectos psicológicos. Y comprobar, si en efecto se vulnera el derecho a la información que tiene todo trabajador sobre la causa de su despido.