Star InactiveStar InactiveStar InactiveStar InactiveStar Inactive
 

Toda la sociedad está en movimiento, o eso parece, todo es muy líquido, nada es inamovible, los cambios no esperan años. La educación también se está moviendo, con cambios que empiezan a ser perceptibles, más en la privada que en la púbica. Las instituciones educativas católicas también están apostando por cambios drásticos en sus métodos educativos.

 

La Voz de Galicia del 9 de Marzo se hacía eco de la implantación de un nuevo modelo educativo por los jesuitas catalanes; que a partir del próximo año en cada curso en lugar de tener dos clases separadas de 30 alumnos, van a tirar los tabiques para hacer espacios amplios y diáfanos, coloridos y que animen a compartir, con gradas y sofás, donde se pueda trabajar por proyectos, y con tres profesores que ayudarán a llevarlos a cabo; es decir una gran aula con varios profesores que actúan en un mismo espacio y que atenderán a los alumnos de forma individual o en pequeño grupo. En la aplicación experimental de este año ya no hay pupitres, ni asignaturas, ni clases magistrales, ni deberes… todo dispuesto para trabajar en grupo sobre un proyecto en común y ayudados por las nuevas tecnologías.

De la misma forma el colegio Monstserrat de Vallvidrera, de la Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, lleva años implantando las teorías de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, en el colegio trabajan el aprendizaje cooperativo, la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, la psicología del optimismo de Martin Seligman y lo racional-emotivo. En el colegio empiezan cada día haciendo una puesta en común y analizando los objetivos para el dia con sus compañeros y profesores, después trabajan varias horas en los distintos proyectos. Después también trabajan  las distintas asignaturas. Los alumnos ya no estudian para realizar exámenes, sino para realizar sus proyectos y presentarlos en los plazos requeridos y de acuerdo a unos procedimientos; de esta forma los alumnos aprenden a gestionar su tiempo, a planificarse, a compartir y decidir con otros….

Se están tirando muros, cada vez importa más los procesos y los equipos, sin embargo la enseñanza pública, no los acomete, porque llevar cambios en una superestructura rígidamente burocratizada resulta prácticamente inviable. Es difícil hacerlo cuando los equipos educativos son prácticamente inexistentes, y no lo digo en el sentido formal del término, sino en su significado: personas comprometidas, colaborativas, participativas y dispuestas a asumir cambios. Resulta difícil hacerlo cuando todo está perfectamente homogenizado y en general cumplen las siguientes premisas: clases separadas, horarios rígidos, exámenes como método evaluador, desconocimiento de las tics por el profesorado, ausencia de proyectos como método de trabajo..... no podemos caer en la tentación de echar balones fuera por la vía de que la administración no dedica recursos o de que no nos forma........ hay decisiones que nos corresponden a nosotros porque nuestros alumnos, con demasiada frecuencia entienden que los aprendizajes que se les proponen, no les sirven para nada; aunque también falta liderazgo educativo en los equipos directivos y en la administración, y por supuesto sobre mucho inmovilismo en el profesorado.

Para finalizar os dejo un video fantástico sobre el Colegio Montserrat.